El gremio de los filósofos desempleados

La comunidad filosófica mexicana está alarmada, muy alarmada. Al parecer, un acuerdo de la Secretaría de Educación Pública acabará de un plumazo con la enseñanza de la filosofía a nivel bachillerato en todo México. Nada de lógica –que es lo que más lamentan quienes han salido a la defensa de la filosofía. Nada de ética ni de historia de las doctrinas filosóficas, agregan (y yo que justo acabo de escribir un libro para esta última materia). La noticia corre en internet (¿cuántos mails has recibido tú?) y sus adalides han publicado un desplegado para defender su enseñanza. Son curiosas (y a la vez inusuales) las voces reunidas en la defensa de las humanidades que convocan al fantasma de Vasconcelos y Gabino Barreda para espantar a Josefina Vázquez Mota en sus oficinas de la SEP.
Yo miro todo esto con un poco de estupor a la distancia. Y tengo ideas y sentimientos encontrados, y dudas, sobre todo muchas dudas. Me he leído el acuerdo de la SEP al que le atribuyen la decisión terrible de botar a los filósofos y no encuentro un sólo párrafo donde eso se diga de manera tan tajante y definitiva. De modo que no se si de verdad la preversa reforma está dirigida claramente contra ellos. De hecho, una lectura del perfil del egresado del bachillerato me hace dudar aun más. La mayoría parecen cualidades que se adquieren con la práctica de la filosofía: cuidado de sí, pensamiento crítico, tolerancia. Aunque es cierto que lo que si parece cuestionar la reforma (aunque en ningún punto diga que se prohibe) es la idea de que la filosofía o la lógica se enseñen como disciplina. ¿Es tan terrible que esto sea así? Me pregunto qué diferencia a aportado a los estudiantes la forma en que se ha enseñado hasta ahora? En realidad, no hay modo de ser más flexible, de enseñar la filosofía para que sea siginificativa para todos, en lugar de enseñarla como si todos quisieran ser filósofos.

Hay mucho que pensar, mucho que discutir. En cualquier caso, hay que discutir un cambio en algo que me parece es central para el futuro, como la educación. En realidad yo soy un convencido de que la filosofía no puede seguir siendo enseñada como hasta ahora en el bachillerato -en incluso en la universidad- centrada sólo en sus cuerpos doctrinales. La filosofía es enormemente útil, pero no como cultura librezca, sino como práctica reflexiva, como disciplina del pensamiento, como crítica, para la gran mayoría de las personas. De hecho, lo que lleva al amor a la filosofía no es conocer su historia como doctrina, sino el dejarse llevar por el modo en que descubre, la forma en que clarifica... y luego uno quiere saber más.

Hay muchas otras formas en que la filosofía se hace, más allá de los salones de clase. Tomo dos ejemplos del gremio de los filósofos desempleados, en los que se han puesto a trabajar a los filósofos de formas bastante originales. En este Niezsche da la hora.

Fuente: http://www.ernestopriani.com/index.php?id=25,191,0,0,1,0